El ser humano es ser de impresiones visuales. Gustamos de la vista de las flores de primavera, el encanto de una luna llena, las mariposas con sus múltiples colores, la fachada de una casa y todas esas cositas de mujer. La verdad es que nosotras las mujeres cuando vamos de compras(la mayoría) podemos pasar horas enteras recorriendo las vitrinas de los almacenas soñando con comprar toda la ropa puesta en los maniquíes. Es tan divertido. Amiga, ¿Has visto alguna vez algún maniquí con el estómago tirado hacia fuera?. Traigo este tema a propósito porque quiero hablar un poco de la perfección en la postura.

Recuerdo mi primera clase de Desarrollo Personal y Modelaje. Corría el año 1990 en la ciudad de Los Angeles, California. Mi deseo por convertirme en una experta en el campo del desarrollo personal y crear una técnica que combinara la psicología junto con la belleza me había llevado a los Estados Unidos para poder estudiar en una de las más famosas escuelas en el área del desarrollo personal, Barbizon School of Modeling. Esta institución me dió las armas para luego abrir mi propia escuela de desarrollo personal.
Uno de los primeros principios en el campo del desarrollo personal y el saber estar , es el de la perfección en la postura. Una forma de verificar la importancia de la misma es observando a los jefes de estado, presidentes de compañías y miembros de la realeza.
¿Cómo lograr tener mejor presencia?
Aparentemente son las piernas las que te llevan, pero en realidad quien conduce en cuanto a forma de caminar y postura es la cabeza. Una de las áreas que más me gusta de mis cursos de Desarrollo Personal es precisamente la enseñanza de la Técnica Alexander.
Esta técnica de reeducación corporal nos ayuda a detectar y reducir el exceso de tensión que muchas veces no detectamos, pero que origina muchos de los problemas de dolor, postura, equilibrio y rigidez del cuerpo. Pero algo no menos importante es que cuando una chica, mujer joven o adulta se somete a este entrenamiento, se da cuenta de lo diferente que luce. Este impacto psicológico se nota en un aumento notable de la autoestima y el aplomo personal. La forma de llevarse a sí misma por medio del lenguaje corporal habla mucho más que las palabras.
Aplicando el método
Consideremos como se mueve un animal de cuatro patas: La cabeza está al frente y el peso de la cabeza está siempre atraído hacia abajo por la fuerza de la gravedad -estando la cabeza sostenida en relación correcta para el animal gracias al tono necesario en los músculos del cuello-. Cuando el animal se mueve (su dirección es normalmente hacia delante, ya que su intención es que la boca, nariz u ojos se aproximen hacia alguna cosa) el movimiento hacia adelante de la cabeza, tira ligeramente de la columna vertebral. A medida que la cabeza se mueve hacia delante, guiando el movimiento del cuerpo, los músculos que controlan las patas traseras son activados y las patas delanteras andan. (Esto lo comprenden bien los jinetes). Por lo tanto, cuando el animal se mueve la columna vertebral está siendo constantemente estirada, o si se prefiere, "alargada". El movimiento, no obstante, empieza en la cabeza "soltando" el cuello. A medida que los músculos del cuello se sueltan, la cabeza cae ligeramente atraída por la gravedad y es dirigida siguiendo la línea de la columna vertebral.
Los mecanismos básicos son los mismos en el hombre. El centro de gravedad de la cabeza está adelantado con respecto a la articulación entre la cabeza y el cuello, lo cual permite que la cabeza caiga ligeramente hacia delante debido a la gravedad cuando se sueltan los músculos del cuello, venciéndose de esta manera la inercia al empezar el movimiento. (Ello aporta la parte del "hacia a delante" de la dirección "hacia adelante y arriba"). Al mismo tiempo la cabeza debe ser dirigida "hacia arriba" para mantener el alargamiento de la columna vertebral que el animal obtiene fácilmente moviéndose hacia adelante. El movimiento de las piernas al andar, con el movimiento hacia adelante de las rodillas, hace que la columna se estire en las dos direcciones, de la misma manera que en el animal.
Si consideramos el crecimiento de un niño, los primeros meses son, en gran medida, dedicados a vencer la fuerza de la gravedad y ponerse derecho. Al principio, el levantar la cabeza y girar sobre sí, y después el mantener su estómago alejado del suelo para poder gatear (movimiento a cuatro patas) le presenta serias dificultades. Dado que la articulación cabeza-cuello se encuentra debajo del cráneo, es natural y correcto en este estadio que el bebé sostenga la cabeza vertical para que pueda mirar adelante -lo cual no es lo mismo que "encoger"- ya que no está inmóvil en esta posición como ocurre en tanta gente mayor con mal uso. El bebé puede entonces ponerse de pie y andar. El bebé no puede andar hasta que ha solventado la cuestión de mantener con facilidad el equilibrio de la cabeza. La cabeza de un bebé es relativamente más pesada que la nuestra, y si se le se le desequilibra hacia atrás el bebé se sienta. Cuando el bebé resuelve este problema manteniendo la cabeza en equilibrio inestable (lo cual le permite dejarla caer ligeramente hacia adelante pero también alejarse de la dirección de la gravedad) ya no hay problemas al andar. Ello puede observarse con claridad en un bebé que aprende a caminar. Un grupo de niños jugando muestra el equilibrio fácil y hermoso de sus cabezas y sus movimientos ligeros y elásticos.
Cuando los niños mayores entran en contacto con el estrés y la presión de la vida, tal vez en la escuela, pueden ocurrir varias cosas. Puede que el niño se asuste, lo cual siempre conlleva tensar los músculos del plexo solar, lo cual a su vez tiende a empujar la caja torácica hacia abajo hacia la pelvis(*). Esto tiende a tirar de los músculos externocleidomastoideos que actúan detrás del punto de equilibrio de la cabeza, llevándola hacia abajo y hacia atrás. Esta es una reacción natural que idealmente se superaría huyendo. El problema radica en que muy a menudo lo guardamos en forma de ansiedad, con lo cual los músculos se tensan en esa posición y tiran de la cabeza hacia los hombros y acortan los músculos del cuello.
El otro agente destructivo es, a mi parecer, el aburrimiento y la poca confianza en sí mismo. Hace que la gente abandone el apoyo de su cuerpo y deje que todo caiga hacia abajo. Se pone presión en el abdomen y se dificulta el movimiento de las costillas y el diafragma, con lo que se imposibilita una respiración normal y fácil. Es difícil sentir ansiedad y depresión si las costillas inferiores están libres para moverse y uno puede respirar con facilidad.
Hay que añadir a todo ello el ser diestro o zurdo, y utilizar algunos músculos más que otros con lo cual se fortalecen más a la vez que facilitan una torsión en el cuerpo (algo que también ocurre a los caballos). También cada accidente que uno tenga tendrá sus efectos. Pongamos que uno se lesiona una pierna y usa la otra con más firmeza para evitar el dolor o incomodidad. Ello hace que uno tienda a tensarse hacia abajo y, como los músculos de acuerdo con la mayoría de cosas en la naturaleza están organizados en espiral, uno se tensa hacia abajo siguiendo su "torsión" preferida.
Los animales bien equilibrados se mueven usando la gravedad (la caída de la cabeza) para vencer la inercia, a la par que usan sus músculos para vencer la gravedad y les ayudan a mantener la longitud deseada en vez de tensar innecesariamente. De igual manera en un hombre bien equilibrado, la cabeza (con su centro de gravedad delante de la articulación cabeza-cuello) tiende a caer hacia adelante, mientras que la necesidad de estar erguido hace que la cabeza vaya hacia arriba siguiendo la dirección de la columna vertebral.
La técnica Alexander tiene que ver con corregir el equilibrio y fomentar el mecanismo anti-gravitatorio del cuerpo. Dado que la mayoría de niños nacen con el mecanismo de equilibrio y movimiento que funciona bien, el cerebro sabe como debería darse el movimiento.
En términos de Alexander, la cabeza debe ir hacia delante y hacia arriba guiando el cuerpo en todo movimiento de tal manera que el cuerpo permanezca en equilibrio sin usar más tensión muscular de la necesaria, como un animal.
La Técnica Alexander nos enseña a centrar la atención en nosotros mismos y nos permite tener un control fluido y dinámico sobre nuestro cuerpo y mente. Nos demuestra que podemos cambiar y que podemos deshacernos de esos hábitos contraproducentes que frenan nuestra evolución -tanto personal como profesional- y que nos generan tensión y malestar. Hace ya cien años que Frederik Mathias Alexander (1869-1956) implantó su técnica en Inglaterra y hoy son numerosísimos los colectivos que la practican con éxito: Artistas que necesitan controlar su cuerpo para realizar su actividad profesional u hombres de negocios o políticos que requieren poseer una presencia tranquila y sosegada además de una elegancia exquisita delante de oyentes exigentes.
Es un trabajo de autoobservación, sutil y milimétrico que te permitirá iniciar ese cambio necesario hacia el control y bienestar personal y te proporcionará las armas necesarias para enfrentarte a los retos que la vida impone. Te descubrirá un terreno desconocido y cercano a la vez, quizás el más interesante: tu misma. Te pararás como una reina, caminarás con la soltura y elegancia de una modelo y tu autoestima se verá beneficiada.
Para terminar
En unos estudios realizados en Estados Unidos (Present Yourself, Michael Gelb, 1989) se demuestra que el impacto de un conferenciante sobre la audiencia es:
75% presencia
18% voz
7 % contenido de la conferencia.
La postura, nuestra presencia si comunica, habla a los otros de mí y tiene el poder de hacer que te respeten y admiren o simplemente pases desapercibida. Tú eliges de acuerdo a tus propias ambiciones y metas.
Puedes por lo tanto proyectar tu personalidad al momento de aproximarte a la persona con quien te vas a encontrar:
-camina hacia delante
-alza tu barbilla
-establece contacto con los ojos
-extiende la mano y sonríe
-imagina que un hilo imaginario te ata a un nube y te empuja hacia delante.
¡Ya estás! ésa, es la perfección en la postura!
http://www.sheilamorataya.com/includes/documento.php?IdDoc=3939&IdSec=552
Uno de los primeros principios en el campo del desarrollo personal y el saber estar , es el de la perfección en la postura. Una forma de verificar la importancia de la misma es observando a los jefes de estado, presidentes de compañías y miembros de la realeza.
¿Cómo lograr tener mejor presencia?
Aparentemente son las piernas las que te llevan, pero en realidad quien conduce en cuanto a forma de caminar y postura es la cabeza. Una de las áreas que más me gusta de mis cursos de Desarrollo Personal es precisamente la enseñanza de la Técnica Alexander.
Esta técnica de reeducación corporal nos ayuda a detectar y reducir el exceso de tensión que muchas veces no detectamos, pero que origina muchos de los problemas de dolor, postura, equilibrio y rigidez del cuerpo. Pero algo no menos importante es que cuando una chica, mujer joven o adulta se somete a este entrenamiento, se da cuenta de lo diferente que luce. Este impacto psicológico se nota en un aumento notable de la autoestima y el aplomo personal. La forma de llevarse a sí misma por medio del lenguaje corporal habla mucho más que las palabras.
Aplicando el método
Consideremos como se mueve un animal de cuatro patas: La cabeza está al frente y el peso de la cabeza está siempre atraído hacia abajo por la fuerza de la gravedad -estando la cabeza sostenida en relación correcta para el animal gracias al tono necesario en los músculos del cuello-. Cuando el animal se mueve (su dirección es normalmente hacia delante, ya que su intención es que la boca, nariz u ojos se aproximen hacia alguna cosa) el movimiento hacia adelante de la cabeza, tira ligeramente de la columna vertebral. A medida que la cabeza se mueve hacia delante, guiando el movimiento del cuerpo, los músculos que controlan las patas traseras son activados y las patas delanteras andan. (Esto lo comprenden bien los jinetes). Por lo tanto, cuando el animal se mueve la columna vertebral está siendo constantemente estirada, o si se prefiere, "alargada". El movimiento, no obstante, empieza en la cabeza "soltando" el cuello. A medida que los músculos del cuello se sueltan, la cabeza cae ligeramente atraída por la gravedad y es dirigida siguiendo la línea de la columna vertebral.
Los mecanismos básicos son los mismos en el hombre. El centro de gravedad de la cabeza está adelantado con respecto a la articulación entre la cabeza y el cuello, lo cual permite que la cabeza caiga ligeramente hacia delante debido a la gravedad cuando se sueltan los músculos del cuello, venciéndose de esta manera la inercia al empezar el movimiento. (Ello aporta la parte del "hacia a delante" de la dirección "hacia adelante y arriba"). Al mismo tiempo la cabeza debe ser dirigida "hacia arriba" para mantener el alargamiento de la columna vertebral que el animal obtiene fácilmente moviéndose hacia adelante. El movimiento de las piernas al andar, con el movimiento hacia adelante de las rodillas, hace que la columna se estire en las dos direcciones, de la misma manera que en el animal.
Si consideramos el crecimiento de un niño, los primeros meses son, en gran medida, dedicados a vencer la fuerza de la gravedad y ponerse derecho. Al principio, el levantar la cabeza y girar sobre sí, y después el mantener su estómago alejado del suelo para poder gatear (movimiento a cuatro patas) le presenta serias dificultades. Dado que la articulación cabeza-cuello se encuentra debajo del cráneo, es natural y correcto en este estadio que el bebé sostenga la cabeza vertical para que pueda mirar adelante -lo cual no es lo mismo que "encoger"- ya que no está inmóvil en esta posición como ocurre en tanta gente mayor con mal uso. El bebé puede entonces ponerse de pie y andar. El bebé no puede andar hasta que ha solventado la cuestión de mantener con facilidad el equilibrio de la cabeza. La cabeza de un bebé es relativamente más pesada que la nuestra, y si se le se le desequilibra hacia atrás el bebé se sienta. Cuando el bebé resuelve este problema manteniendo la cabeza en equilibrio inestable (lo cual le permite dejarla caer ligeramente hacia adelante pero también alejarse de la dirección de la gravedad) ya no hay problemas al andar. Ello puede observarse con claridad en un bebé que aprende a caminar. Un grupo de niños jugando muestra el equilibrio fácil y hermoso de sus cabezas y sus movimientos ligeros y elásticos.
Cuando los niños mayores entran en contacto con el estrés y la presión de la vida, tal vez en la escuela, pueden ocurrir varias cosas. Puede que el niño se asuste, lo cual siempre conlleva tensar los músculos del plexo solar, lo cual a su vez tiende a empujar la caja torácica hacia abajo hacia la pelvis(*). Esto tiende a tirar de los músculos externocleidomastoideos que actúan detrás del punto de equilibrio de la cabeza, llevándola hacia abajo y hacia atrás. Esta es una reacción natural que idealmente se superaría huyendo. El problema radica en que muy a menudo lo guardamos en forma de ansiedad, con lo cual los músculos se tensan en esa posición y tiran de la cabeza hacia los hombros y acortan los músculos del cuello.
El otro agente destructivo es, a mi parecer, el aburrimiento y la poca confianza en sí mismo. Hace que la gente abandone el apoyo de su cuerpo y deje que todo caiga hacia abajo. Se pone presión en el abdomen y se dificulta el movimiento de las costillas y el diafragma, con lo que se imposibilita una respiración normal y fácil. Es difícil sentir ansiedad y depresión si las costillas inferiores están libres para moverse y uno puede respirar con facilidad.
Hay que añadir a todo ello el ser diestro o zurdo, y utilizar algunos músculos más que otros con lo cual se fortalecen más a la vez que facilitan una torsión en el cuerpo (algo que también ocurre a los caballos). También cada accidente que uno tenga tendrá sus efectos. Pongamos que uno se lesiona una pierna y usa la otra con más firmeza para evitar el dolor o incomodidad. Ello hace que uno tienda a tensarse hacia abajo y, como los músculos de acuerdo con la mayoría de cosas en la naturaleza están organizados en espiral, uno se tensa hacia abajo siguiendo su "torsión" preferida.
Los animales bien equilibrados se mueven usando la gravedad (la caída de la cabeza) para vencer la inercia, a la par que usan sus músculos para vencer la gravedad y les ayudan a mantener la longitud deseada en vez de tensar innecesariamente. De igual manera en un hombre bien equilibrado, la cabeza (con su centro de gravedad delante de la articulación cabeza-cuello) tiende a caer hacia adelante, mientras que la necesidad de estar erguido hace que la cabeza vaya hacia arriba siguiendo la dirección de la columna vertebral.
La técnica Alexander tiene que ver con corregir el equilibrio y fomentar el mecanismo anti-gravitatorio del cuerpo. Dado que la mayoría de niños nacen con el mecanismo de equilibrio y movimiento que funciona bien, el cerebro sabe como debería darse el movimiento.
En términos de Alexander, la cabeza debe ir hacia delante y hacia arriba guiando el cuerpo en todo movimiento de tal manera que el cuerpo permanezca en equilibrio sin usar más tensión muscular de la necesaria, como un animal.
La Técnica Alexander nos enseña a centrar la atención en nosotros mismos y nos permite tener un control fluido y dinámico sobre nuestro cuerpo y mente. Nos demuestra que podemos cambiar y que podemos deshacernos de esos hábitos contraproducentes que frenan nuestra evolución -tanto personal como profesional- y que nos generan tensión y malestar. Hace ya cien años que Frederik Mathias Alexander (1869-1956) implantó su técnica en Inglaterra y hoy son numerosísimos los colectivos que la practican con éxito: Artistas que necesitan controlar su cuerpo para realizar su actividad profesional u hombres de negocios o políticos que requieren poseer una presencia tranquila y sosegada además de una elegancia exquisita delante de oyentes exigentes.
Es un trabajo de autoobservación, sutil y milimétrico que te permitirá iniciar ese cambio necesario hacia el control y bienestar personal y te proporcionará las armas necesarias para enfrentarte a los retos que la vida impone. Te descubrirá un terreno desconocido y cercano a la vez, quizás el más interesante: tu misma. Te pararás como una reina, caminarás con la soltura y elegancia de una modelo y tu autoestima se verá beneficiada.
Para terminar
En unos estudios realizados en Estados Unidos (Present Yourself, Michael Gelb, 1989) se demuestra que el impacto de un conferenciante sobre la audiencia es:
75% presencia
18% voz
7 % contenido de la conferencia.
La postura, nuestra presencia si comunica, habla a los otros de mí y tiene el poder de hacer que te respeten y admiren o simplemente pases desapercibida. Tú eliges de acuerdo a tus propias ambiciones y metas.
Puedes por lo tanto proyectar tu personalidad al momento de aproximarte a la persona con quien te vas a encontrar:
-camina hacia delante
-alza tu barbilla
-establece contacto con los ojos
-extiende la mano y sonríe
-imagina que un hilo imaginario te ata a un nube y te empuja hacia delante.
¡Ya estás! ésa, es la perfección en la postura!
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